Los hijos que cuidan a padres muy mayores sufren ansiedad por desconocimiento y necesitan apoyo.

¡Mima a tus amigos cuidadores!, están por todas partes. Si rondas la edad en la que tus padres se han hecho muy mayores y necesitan mayores atenciones, tendrás amigos en similares circunstancias y necesitarán tus mimos, quizás estén pasando la etapa de cuidadores de sus padres. Lo mismo te ocurrirá a ti y te vendrán muy bien sus cariños. Por mi actividad laboral estoy en contacto con muchas personas que cuidan, en mayor o menor medida, a sus padres de alrededor de 90 años. Algunos conviven con ellos y otros les vigilan de cerca ya que cuentan con cuidados externos. No es fácil asimilar esta etapa en la que los papeles se cambian, los hijos hacen de padres y los padres hacen de hijos rebeldes que no se dejan cuidar del todo ya que el orgullo no decae con la edad, sino que se mantiene firme sin aceptar esta fragilidad. En cualquier caso, en muchos de estos hijos cuidadores, se aprecia un agotamiento emocional y se sienten culpables por ello. No estamos preparados para volver a convivir con nuestros seres queridos, nuestros padres, con necesidades tan grandes de atención, cuidados, escucha, manejo de crisis, etc. en el caso de que se encuentren físicamente bien, salvando la edad. No digamos si tienen mayores necesidades de atención física por problemas de movilidad o dependencia. En poco tiempo hemos prolongado mucho la esperanza de vida y todos nos estamos amoldando a esta nueva situación.

La mayoría de estos hijos no son psicólogos y no tienen herramientas para poder superar esta desazón ya que la implicación emocional en el cuidado de los padres es total. ¡La inseguridad se desparrama por la relación! Inseguridad en el comportamiento de los hijos e inseguridad en las reacciones de los padres, nuevas porque nuevo es su momento vital. En mi contacto profesional con ellos, aunque no es necesario, me cuentan muchas situaciones difíciles de manejar, solo por el hecho de hablar con alguien que les pueda comprender. La sobrecarga emocional es grande y 3 de cada 4 cuidadores creen que su salud, física y emocional, se ha visto afectada, como refleja el estudio de “Sanitas Mayores”. Algunos incluso pasan dificultades económicas porque el momento requiere de más recursos, y es aquí donde les puedo ayudar y motivo de nuestro encuentro. Yo tampoco soy psicóloga pero les entiendo bien y me acuerdo de amigas que están pasando por situaciones parecidas. Aunque cuidar de nuestros padres es un gran acto de amor, quizás menor del que ellos han hecho toda su vida por nosotros, también  en contrapartida es un descoloque vital y me gustaría transmitirles algunos sencillos pero importantes consejos que he obtenido de profesionales de la salud:

  • Cúidate lo mejor que puedas para poder cuidar a otros y estar bien.
  • Relativiza la situación, no puedes revertir el tiempo, haces lo que puedes y más. El estar continuamente preocupado, no soluciona nada. Tú te deterioras y tu obsesión no ayuda a la mejora de tus padres que continúan con su proceso.  Muchas veces la excelente atención que prestas a los familiares mayores no da como resultado una evolución satisfactoria de su estado, generando más frustración.
  • El descanso es fundamental para reponer cuerpo, mente y espíritu. Duerme lo suficiente, es el mejor antídoto contra la desesperanza e incluso contra la tristeza.
  • No abandones tu vida social. Pasar un rato con los amigos y divertirte es fundamental, no sientas culpa por ello. Ambas cosas son posibles, y en esta situación, necesarias.
  • Y siempre que sientas que algo va mal en ti, pide ayuda profesional. Es natural, no estamos formados para ello y la implicación es enorme, es mejor hacerlo a tiempo.
  • Se consciente de que eres una persona muy importante para la familia y la sociedad, y tu aporte, en estos momentos y esta situación, es imprescindible y muy valiosa, pero no dejes cachitos de ti en el proceso.  Sería un despropósito.

Si tienes una amiga o amigo que está pasando esta etapa, mímalo, escúchale, no le des consejos, dale cariño sin medida y piensa que él es afortunado de tenerte a ti como apoyo, y tú también tienes la suerte de poder ayudarle, hay pocas satisfacciones más importantes que las de ser útil y reparador.

¡MIMA A TU AMIGO CUIDADOR!

 July Echevarría Núñez
Directora ANP Inmobiliaria